- Backus, a través de su marca San Mateo y junto con Aquafondo y la cooperación alemana para el desarrollo, implementada por la GIZ, viene desarrollando un proyecto de protección de las fuentes de agua a través de la recuperación de las amunas y su monitoreo hidrológico.
- Este tiene como meta la rehabilitación de 67 km de amunas del río Santa Eulalia, que abastece la cuenca del Rímac para 2025, el cual representa el 70% del agua dulce de Lima
AGENCIAPRESS NOTICIAS.- Lima, noviembre de 2020.- Como parte de las metas de sostenibilidad establecidas por Backus para 2025, la empresa inicia un proyecto -a través de su marca San Mateo- por la recuperación de fuentes de agua en la ciudad de San Pedro de Casta en Huarochirí. Actualmente, se viene desarrollando el Proyecto de Siembra y Cosecha de Agua para la recuperación de 4.1 kilómetros de amunas y su respectivo monitoreo hidrológico, en trabajo conjunto con Aquafondo (Fondo de Agua para Lima y Callao) y la cooperación alemana para el desarrollo, implementada por la GIZ.
Las amunas son técnicas ancestrales que fueron implementadas hace 1,400 años y son de gran importancia en el abastecimiento de agua, incluso en tiempos de sequía. El sistema de las amunas consiste en captar las aguas que se producen por el escurrimiento de las lluvias y llevarlas hasta zonas donde existen rocas fisuradas o fracturadas de la montaña. Al ingresar a la roca, el agua se desplaza para después aflorar por los manantiales, ríos y arroyos.
“La actual coyuntura evidencia la necesidad de contar con reservas de agua, sobre todo para las poblaciones más vulnerables. En Backus tenemos como meta final, gracias a este proyecto, de rehabilitar 67 km de amunas en la subcuenca del río Santa Eulalia, que abastece la cuenca del Rímac, el cual que representa el 70% del agua que consumimos en la capital”, comenta Alessandra Alegría, Gerente de marca San Mateo.
Según datos de Aquafondo, en Lima se produce el 50% del PIB nacional y viven más de 10 millones de habitantes. Aún así, la capital solo cuenta con el 1.8% de los recursos hídricos del país. Sumado a esto 1,2 millones de habitantes en Lima no tienen acceso al agua potable y otros 3 millones tienen un servicio racionado.
“Lima es una ciudad con estrés hídrico y una población creciente de manera exponencial. Por ello, es importante articular esfuerzos de manera coordinada e integral para proteger las fuentes de agua, pues de lo contrario la demanda superará a la oferta en los próximos años”, señala Mariella Sánchez, Directora Ejecutiva de Aquafondo.
El proyecto Siembra y Cosecha de Agua apunta a rehabilitar las amunas en la cuenca CHIRILU (Chillón, Rímac y Lurín), microcuenca de Santa Eulalia. Durante esta primera etapa, se viene trabajando de la mano con la comunidad local para la rehabilitación de los primeros 4.1 km, beneficiando a más de 1,000 personas y generando 100 puestos de trabajo. Sin embargo, el potencial es enorme: si se restauran los 67 km de amunas, la disponibilidad de agua podría aumentar en más de 30% en época de sequía. Por esa razón, la cooperación alemana para el desarrollo implementada por la GIZ está financiando el monitoreo hidrológico del proyecto con el fin de medir la contribución de las amunas a la seguridad hídrica.
La implementación de este proyecto a la fecha ha permitido beneficios ambientales y económicos, como la reducción de la vulnerabilidad de las comunidades ante los impactos del cambio climático en la cuenca alta y media del río Rímac para asegurar la provisión de agua en época seca. Así también la mayor disponibilidad de agua para actividades agropecuarias en la parte alta y media de la cuenca que permiten ingresos para las poblaciones locales y la revaloración de técnicas ancestrales de la comunidad para la generación de empleo en las labores de restauración y monitoreo de las amunas.