AGENCIA PRESS NOTICIAS.- Entre mayo de 2023 y setiembre de 2024, diversas gestiones del Ministerio de la Producción (PRODUCE) decidieron no aplicar la normativa peruana que obliga a las embarcaciones calamareras extranjeras a usar dispositivos de monitoreo satelital de la mencionada autoridad gubernamental.

Esto generó cerca de 400 ingresos irregulares de naves chinas a Perú, lo que produjo una grave crisis social entre los pescadores artesanales, quienes sintieron que sus autoridades estaban facilitando la opacidad de barcos extranjeros.

Como respuesta a esta crisis, a finales de setiembre de 2024, PRODUCE restableció la obligatoriedad del uso del dispositivo de seguimiento satelital como medida para proteger el mar peruano.

Alfonso Miranda Eyzaguirre, Presidente del Comité para el Manejo Sustentable del Calamar Gigante del Pacífico Sur (CALAMASUR), manifestó que esta medida se implementó para desincentivar comportamientos de pesca ilegal que podrían tener las embarcaciones calamareras extranjeras en momentos previos a sus ingresos a puertos peruanos para hacer cambios de tripulantes o labores de mantenimiento.

Esta medida fue formalizada mediante la aprobación del Decreto Supremo Nº 014-2024-PRODUCE.

Al respecto, reveló que, en los meses posteriores, ni un solo barco chino, de los aproximadamente 600 que operan frente a Perú, ha instalado el dispositivo de seguimiento satelital exigido por ley.

“La flota china demuestra que no acepta la transparencia en sus operaciones”, afirmó Miranda Eyzaguirre.

 

Apagado su señal

El caso de la embarcación “Lu Rong Yuan Yu 698” ha mostrado dos comportamientos diametralmente opuestos, antes y después del restablecimiento de la protección del mar peruano.

El titular de CALAMASUR informó que su primer ingreso a Perú se registró entre el 8 y el 12 de setiembre de 2024 y lo hizo no solo sin utilizar el seguimiento satelital peruano sino, además, mantuvo apagado el propio equipo de posicionamiento de su país durante todo su recorrido en aguas peruanas.

“Según el acta de fiscalización de PRODUCE, el barco reportó desperfectos con su equipo de monitoreo, pero aun así se le permitió seguir transitando por territorio peruano sin transmitir posición”, precisó.

Añadió que recién recuperó la señal de posicionamiento satelital el 28 de setiembre, cuando ya se encontraba en aguas internacionales nuevamente.

“Es de esperar que las autoridades pesqueras y navales peruanas sancionen a este barco como lo harían con cualquier nave nacional”, expresó.

Miranda Eyzaguirre indicó que estos hechos como este demuestran la vulnerabilidad a la que ha estado sometido el Mar de Grau.

 

No más barcos chinos

El presidente de CALAMASUR sostuvo que afortunadamente, desde fines de setiembre de 2024, estos comportamientos, como de la embarcación “Lu Rong Yuan Yu 698”, ya no son posibles.

Cualquier barco chino que desee ingresar a Perú debe obligatoriamente instalar el dispositivo de seguimiento satelital una vez que se encuentre en aguas peruanas.

Esto implica cumplir con todas las obligaciones que tiene un armador peruano, incluyendo el enfrentarse a severas sanciones ante cualquier manipulación o interrupción de la transmisión de señal satelital al centro de control de PRODUCE, conocido como SISESAT.

En enero del 2025, la referida embarcación china necesitó nuevamente ingresar a puerto; sin embargo, para evadir el sometimiento a los controles satelitales del Perú, optó por seguir un patrón de conducta diferente.

Entre el 22 y el 23 de enero de 2025, se alejó de su zona de pesca ubicada en aguas internacionales en latitudes que coinciden con la costa norte de Perú, para dirigirse hacia Iquique, recorriendo más de 2200 kilómetros en un total de 15 días.

“En Chile, las embarcaciones extranjeras no están sometidas al riguroso control satelital que se impone en Perú”, señaló.

Precisó que a pesar de que la travesía de este barco parece irracional desde el punto de vista económico, debido a que las embarcaciones estarían invirtiendo casi 250 mil dólares en combustible, costos de la tripulación y otros gastos operativos, así como perder más de dos semanas de tiempo de trabajo, siguen optando por esta ruta a pesar de que el viaje a Perú es mucho más corto y el costo del servicio satelital no supera los 200 dólares al mes.

Agregó que hasta ahora son ocho las embarcaciones chinas que han dejado sus puntos habituales de entrada a puertos peruanos en busca de una mayor camaradería en Chile.

El presidente del Comité para el Manejo Sustentable del Calamar Gigante del Pacífico Sur (CALAMASUR), comentó a simple vista, no cuadra el análisis costo-beneficio de navegar tan lejos para recibir un servicio que Perú puede ofrecer en menor tiempo y distancia.

“Esto sugiere la existencia de un costo oculto o hundido, que incentivaría a invertir ingentes cantidades de dinero a cambio de evitar el monitoreo satelital de Perú, que busca cumplir con sus compromisos internacionales en la lucha contra la pesca ilegal, no declarada y no reglamentada”, puntualizó.

Miranda Eyzaguirre también enfatizó que casos como el del Lu Rong Yuan Yu 608 evidencian la importancia de que Perú actualizara su normativa para asegurarse que no ingresen al país, los barcos que no deseen contribuir a la transparencia pesquera.

“Aunque estas embarcaciones siguen sin instalar los equipos satelitales peruanos, es importante reconocer que su negativa a hacerlo, finalmente, evita su presencia en puertos peruanos. Las embarcaciones que no desean ser monitoreadas deben buscar puertos en otros países más permisivos. De este modo, Perú demuestra su liderazgo en vigilancia pesquera y establece un ejemplo para otros países de la región”, finalizó.