El vicepresidente de Estados Unidos, JD Vance, realiza una visita oficial a Italia y al Vaticano en un contexto marcado por tensiones recientes con el papa Francisco debido a diferencias sobre las políticas migratorias estadounidenses.
Durante su estancia en Roma, Vance sostuvo una reunión con la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, con quien abordó temas de cooperación bilateral, las negociaciones comerciales entre Estados Unidos y la Unión Europea, y la situación en Ucrania. Ambos líderes calificaron el encuentro como productivo y destacaron el fortalecimiento de los lazos entre sus países.
“Tenemos una relación privilegiada con Estados Unidos”, señaló Meloni. “Compartimos valores fundamentales y trabajamos juntos por la paz y la estabilidad global”, finalizó.
La visita también incluye encuentros en el Vaticano. Aunque no se ha confirmado una audiencia con el papa Francisco, quien se recupera de una neumonía, Vance tiene programada una reunión con el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano.
Diferencias en torno a la inmigración
Las tensiones entre Vance y el papa surgieron en el contexto de las recientes políticas migratorias implementadas por la administración Trump, las cuales han generado controversia en la comunidad internacional. El papa Francisco ha expresado críticas hacia estas medidas, especialmente por las deportaciones masivas y el endurecimiento de los controles fronterizos.
En respuesta, Vance defendió la postura del gobierno argumentando que “la seguridad fronteriza y el orden migratorio también son asuntos de justicia y responsabilidad”.
“Como católico, creo que debemos encontrar un equilibrio entre la compasión y el respeto a la ley. Eso no es contradictorio con los valores cristianos”, afirmó el vicepresidente en declaraciones previas a su llegada a Roma.
Participación en eventos religiosos
JD Vance, quien se convirtió al catolicismo en la adultez, asistió a la misa del Viernes Santo en la Basílica de San Pedro. También se espera su presencia en la celebración de Pascua en la Plaza de San Pedro.
Esta gira subraya la importancia del diálogo entre Estados Unidos y el Vaticano en temas clave como migración, derechos humanos y diplomacia internacional, en un momento en el que la política exterior estadounidense busca reafirmar su influencia en Europa.